martes, 7 de enero de 2014

“CAPERUCITA ROJA” DE CHARLES PERRAULT

Beatriz Burgaz Arregui

Todos conocemos la historia de Caperucita Roja, pero ¿sabemos realmente cómo era aquella niña y qué fue de ella cuando se recogió por primera vez este cuento?

Todos conocemos a historia en la que al final aparece un cazador que salva a la abuelita y a Caperucita del lobo. Esta realmente, no es la primera versión de Caperucita; esta versión es la de los hermanos Grimm, quienes deciden darles una segunda oportunidad ya que estos ya reconocen la figura del niño como tal y deciden suavizar la versión original.

La versión original corresponde a la Charles Perrault, inmerso en la época Barroca, una época en la que los cuentos iban dirigidos a todos los públicos.

En esta versión, la madre manda a Caperucita a ver a su abuelita que vive en una aldea al otro lado del bosque. Una vez en el bosque se encuentra al lobo y comienzan a hablar y Caperucita le dice que se va a ver a su abuelita que está enferma. El lobo dice que también quiere visitarle y le engaña para que ella vaya por el camino largo y le dé tiempo de llegar a casa de la abuelita antes que Caperucita. El lobo llega a casa de la abuelita y se hace pasar por caperucita para poder pasar. La abuela le dice que pase y nada más entrar el lobo se abalanza sobre la abuelita y la devora, y se mete en su cama a esperar a caperucita.

Poco después, llama caperucita a la puerta. Al principio al oír la voz tiene miedo del lobo pero luego piensa que su abuelita tiene esa voz porque esta constipada. Entra a la casa y el lobo le sugiere que deje todo encima de la mesa y vaya a acostarse con él y caperucita se desnuda y se mete en la cama con la abuelita, que en realidad es el lobo. Una vez allí nota algo extraño en su abuelita y le pregunta sobre eso, porque tiene las orejas tan grandes, las piernas tan grandes… y cuando le pregunta sobre sus dientes tan grandes, este le contesta: “Para comerte mejor” y dicho esto se lanza hacia ella y la devora.

El cuento termina con una moraleja final: “Niñas, cuando ustedes sean hermosas jóvenes, desconfíen siempre de los lobos: en este mundo hay muchos melifluos y elegantes, cuyo lenguaje es cariñoso y seductor, y esos precisamente son los de la raza más peligrosa.”

En la versión de Perrault, el narrador no es neutral, explica lo que le ocurre a la niña y por qué le sucede. La función era desalentar a los niños a cometer acciones imprudentes, como atravesar solos el bosque.

Otro rasgo distintivo en Perrault es el añadido de una moraleja en verso, al final del cuento, cargada de ironía.


Beatriz Burgaz Arregui

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