¿Quién no recuerda aquellos cuentos de ocas, zorros, ratoncitos o ardillas contados por Beatrix Potter? Pero sin ir más lejos ¿quién no recuerda gratamente esos conejitos pintados en tono pastel que nos llevan a la infancia?
The tale of Peter Rabbit es quizás uno de los cuentos que más recuerdo de mi infancia. Aquel conejito que pese al consejo de su mamá sale y se fuga al huerto del Mr. McGregor. Es un cuento lleno de aventuras en el que este conejo desobedece y decide conocer otro lugar. Los niños se van a sentir como Peter Rabbit, necesitados de hacer travesuras y desobedecer. Se sienten tan identificados con él hasta en el punto en el que Peter reclama el afecto de su madre. En este caso, se relaciona con la comida puesto que la madre le da manzanilla pero lo que el realmente quiere es pan y leche como sus hermanas, que además han sido buenas. Peter es un conejo que se comporta como si fuera un niño, aquí encontramos este aspecto antropomórfico, además pese a ser un conejo va vestido y se preocupa cuando pierde la ropa.
En cuanto a las ilustraciones, cabe destacar que además de esos colores pasteles que nos relajan, no se encuentra ningún borde en ningún dibujo. Esto implica una cierta libertad para imaginarnos nuestros propios escenarios.
Por último, decir que este cuento tiene que ser contado y que es aceptado para todas las edades, puesto que a pesar del paso de los años Peter Rabbit todavía sigue teniendo muchos seguidores, y sin ir más lejos aquí tenéis una servidora.
Estoy totalmente de acuerdo contigo, Lorena, en la grandeza de este cuento. Desgraciadamente, yo no conocí las aventuras de este conejillo hasta hace un par de años, pero disfruté igual que una niña. Os invito a todos aquellos que no lo conozcáis a leerlo, como también os invito a ver la película basada en la vida de Beatrix Potter, su escritora e ilustradora.
ResponderEliminarRosario Guillén Moliner